domingo, 22 de julio de 2012



AMIGAS

La amistad con perfume de mujer
me enseñó:

a distinguir  siempre la belleza
a valorar la incondicionalidad de la entrega
a derribar los prejuicios que impiden el vuelo
a respetar mi piel
a conmoverme con el misterio único de abrigar la vida
a comprender hasta lo inverosímil
a callar y mirar sólo a los ojos
a percibir en lo escondido
a descubrir lo extraordinario
a hacer muchas cosas al mismo tiempo…

Aprendí también
que la incondicionalidad no es debilidad
que existen los ángeles
que siempre tendré un lugar en dónde reponer fuerzas
que un instante puede valer la vida entera
que existe nueva vida en la renuncia
que la espera puede alcanzar la eternidad
que un ”no” con la cabeza puede ser un “sí” del corazón

y sobre todo
la dicha de saber que no hará falta jurar

“hasta que la muerte nos separe”